
Señora alcaldesa, mi motivo de este comunicado es únicamente para explicarle que, como usted ha desatendido las peticiones de miles de personas que nos hemos dirigido a usted vía e-mail, por mensajes en la web del ayuntamiento de Tordesillas, a través de periódicos y revistas digitales, por correo ordinario, por radio y televisión, y manifestándonos en contra del Toro de la Vega año tras año en la ciudad de Tordesillas de donde es usted alcaldesa, y que por cierto, no goza de la confianza total de los ciudadanos, porque en Tordesillas también hay gente equilibrada, pocos, pero al declarar algunos que rechazan el festejo del Toro de la Vega, ya dicen mucho de ellos, se le está acabando el chollo, y discúlpeme si no encuentro palabras ni expresiones para definirla a usted como ser humano, es prácticamente imposible encontrarle un adjetivo, y voy a terminar este comunicado diciéndole señora alcaldesa, que los antitaurinos hemos hecho que usted pase a la historia como una tauricida (así llamamos a los que legalizan, promocionan y apoyan la cruel y repugnante actividad taurina donde se tortura despiadadamente hasta la muerte a los toros para lucrarse unos y divertirse otros), y usted estará pensando mientras lee este escrito, que siempre decimos lo mismo ¿verdad? y es cierto, es siempre el auténtico argumento de la razón, la ética y la compasión, que abarca la definición de nuestra defensa, y es que ningún animal se merece semejante crimen a manos de cuatro descerebrados sádicos que usted apoya, promociona y premia, amparándose en la tradición para seguir manipulando a esos cuatro catetos de su pueblo que se crecen con una lanza y un puñal en la mano y en grupo de atrofiados necesitados de sangre inocente. Señora alcaldesa, usted es para el movimiento antitaurino (que es mucho más poderoso de lo que ustedes creen), PERSONA NON GRATA, y así lo hemos hecho llegar al mundo exterior, donde usted es observada y censurada, no merece estar dirigiendo ningún organismo estatal, ni tan siquiera merece vivir en nuestra sociedad, una sociedad que la repudia. Señora alcaldesa lo que usted cínicamente declara como una tradición no es más que una aberrante perversión. Tiene usted dos hijos, y ojalá las ideas y los modos de vida de algún grupo paranoico, no les hagan sufrir lo que todos los que sentimos compasión por los animales que usted permite que asesinen y aplaude, sufrimos, y que si le sirve de regocijo, el padecimiento que sentimos es muy duro. A usted, se encargará de juzgarla la historia, y desgraciadamente ese será el legado que le deje usted a sus hijos y nietos. Una vergonzosa política que vivía a costa del derramamiento de la sangre de animales inocentes para divertir y entretener al pueblo y poder seguir al mando de un sucio puesto manchado de sangre y con ello enriquecerse.