Santi Ortiz, un protaurino que escribe sobre la tauromaquia pero ávidamente tergiversando la verdad con manipulaciones y falsedades, ha retado públicamente al filósofo Jesús Mosterín, un hombre sumamente humano con un sentido de la compasión hacia el sufrimiento del toro en su tortura de la lidia que le ha llevado a ser la diana de todos los tiros por parte de los taurinos, sólo por una razón, porque éstos carecen de la valentía y honestidad del filósofo al declarar públicamente que lo que están haciendo con los toros no es ni ético ni moral en una sociedad nueva, progresista, con más valores, humana y que aboga por un mundo sin violencias, sin abusos y sin injusticias. Y claro, ésto, llegado de alguien con suficiente credibilidad por su aspecto bonachón y serio y sus cualidades de buen ser humano que le avalan a través de todos los que le conocemos y/o hemos tenido la suerte de conocerle por su incondicional participación en el debate de la ILP en el Parlament de Catalunya, en su investigación limpia y contundente sobre la lidia como defensa del animal, los tienen a los taurinos trinando, y se aprovechan de que Mosterin es un ser pacifista y que no entra al trapo de las triquiñuelas taurinas. Así pués, una vez más y con la estrategia de vender sus libros (probablemente editados en la editorial taurina propiedad del taurinísimo grupo Prisa), lanza un mensaje al filósofo para que demuestre sus declaraciones, poniéndose delante de un toro. Yo no sé si este Ortiz cuando escribió ese mensaje estaba bajos los efectos de algún buen vino o de alguna substancia nociva para los cerebros, y si no juzguen ustedes mismos en el mencionado artículo: Santi Ortiz reta públicamente al profesor Mosterín a 'probar' sus tesis
Comprobarán que miente descaradamente, entre otras mentiras, se identifica como que está en pleno uso de sus facultades mentales. ¿Se hizo un chequeo psiquiátrico antes de escribir ese articulillo?
Señor Ortiz, el toro es un animal herbívoro, no es un depredador, es un animal noble y pacífico, se lo puedo garantizar, no es salvaje (como usted lo quiere pintar para su beneficio), pero aunque lo fuera, nadie tiene derecho a acorralarlo, torturarlo sin compasión hasta darle muerte para divertirse unos y lucrarse otros. Usted, señor Ortiz reta a Mosterín a encerrarse con un toro, yo le reto a usted a que se encierre con un búfalo, sí sí señor Ortiz, ese animal que ustedes han querido someter alguna que otra vez a sus torturas para comprobar si se podía domesticar para una posible lidia espectacular, hay documentación que así lo confirma, con algunos toreros que se desplazaron a otro continente y clandestinamente torear a un búfalo, pero ahí si que no hubieron "machos" porque el búfalo si que es salvaje, el búfalo no es doméstico como lo es el toro, por eso prefirieron seguir con los malos tratos a un animal que no puede defenderse del salvajismo, por otra parte previamante lesionado y/o drogado, como últimamente se está también desenmascarando.
El sentido de la ética y la moral, señor Ortiz, es algo tan simple y llano como para sentir el dolor y sufrimiento de la tortura tanto en un animal doméstico como en uno salvaje, claro que de tan sencillo y llano que es, no entra en las mentes obscuras, retorcidas y pervertidas de los que insisten en defender lo indefendible.
El señor Mosterín, al igual que todos los antitaurinos abolicionistas (que somos más que los taurinos, porque la decencia es mayoritaria siempre a la indecencia), no tiene por qué provocar a ningún animal por varias razones, la principal es el rechazo total a cualquier tipo de tortura y humillación a cualquier ser sintiente, y porque su prioridad en la vida no es lucrarse a costa del ensañamiento colectivo de un grupo de descerebrados dispuestos a seguir con su infamia y sus falsificaciones de la verdad sobre su repugnante negocio llamado tauromaquia.
El señor Mosterín no tiene que demostrarle a usted la veracidad de sus afirmaciones participando en sus juegos y artimañas, porque le avalan honestos estudios científicos sobre el toro y su sufrimiento durante la lidia, le avala el sentimiento de horror y rechazo de la mayoría de la población española a esa actividad, que si por referendum se tratara se prohibiría por ser, entre otras razones de peso, más propia de paranoicos que de personas normales.
Usted trata al señor Mosterín de cobarde; no sólo es un valiente porque aparte de enfrentarse a un reducido (pero peligroso) grupo de intelectuales mediocres, incultos, ignorantes, exaltados e indecentes negociantes de la sangre inocente del animal, actúa con honestidad ante una injusticia abusiva como la de maltratar y asesinar vilmente a un animal que no tiene voz ni para decidir si o no quiere lidiar ni para pedir clemencia como en sus ojos y su llanto lo demuestra mientras lo torturan despiadadamente en el ruedo. Cobarde señor Ortiz, es el que se aprovecha de unas leyes mal elaboradas que permiten ese espectáculo; cobarde señor Ortiz, es el que descarga sus frustraciones y su cobardía en el animal; cobarde señor Ortiz, es el que observa como maltratan al animal con una PANOPLIA de tortura, incluído algún instrumento prohibido de usar en la lidia, como es la puya; cobarde señor Ortiz, es el que se divierte con un ser indefenso; cobarde señor Ortiz, es el que vende el espectáculo; cobarde señor Ortiz, es el que defiende y apoya esa barbarie; cobarde señor Ortiz, es el que lo legaliza; cobarde señor Ortiz, es el que lo promociona y el que, como usted, manipula y niega lo evidente.
Y tiemblan ustedes, tiemblan todos, porque su poderío ya no lo consiente lo de antaño: la ignorancia de algunos y la indiferencia de los demás, pués ésto es lo único que a ustedes les hacían poderosos. Ahora ya se acabó, empiece señor Ortiz a aprender otro oficio que no sea escribir, porque hasta ahora engañaba a muchos, desde ahora usted no tendrá jamás credibilidad.