Las becerradas son espectáculos en los que animales de muy corta edad, menores de dos años, son torturados y sacrificados.
Algemesí es uno de los muchos pueblos de la comunidad valenciana donde los actos taurinos están presentes en su programa de fiestas. Y entre sus espectáculos nocturnos se incluyen 2 ó 3 días de becerradas. Estas becerradas consisten en la lidia y muerte de varios becerros muy jóvenes cada una de estas noches. Los que torean y matan a estos becerros son festeros del pueblo, que por supuesto, no son profesionales del toreo, esto provoca una autentica carnicería, agonía y sufrimiento extremo para los becerros. Esta sangrienta diversión es contemplada con jolgorio por mayores y niños de muy corta edad, a los que sus padres sin importarles ni la hora del festejo, alrededor de las 12 de la media noche, ni la visón dantesca de sangre, agonía y gritos de dolor de los becerros. Esta es la visión que muchos niños tienen en nuestro país del dolor ajeno, diversión y risas.
Los participantes van borracho y les meten la espada por la pierna, por la barriga, por el cuello. Lo que hacen con los becerros es lo más cruel, salvaje y aterrador que se hace en el País Valenciano, concretamente, en Algemesí.
Según el diccionario taurino, estos animales no podrán "causar peligro debido a sus defensas". O sea, que un becerro es a un toro lo que un cachorro a un perro. Frente a ellos, humanos que los agujerean con banderillas y estoques.
En las becerradas participan aficionados que desconocen lo que es una punzada certera. "Son festeros que no saben lo que tienen que hacer. Y si hablásemos de clavar un sillón..., pero se trata de una animal ingenuo, no sometido a tienta, que entra en la plaza moviendo la cola, trotando, sin saber qué les espera.
Ver cómo a un animal le entra una espada por un lado y le sale por otro es bastante duro. Una carnicería, vamos. No cabe justificación alguna: ni arte, ni tradición ni nada.
Luchamos contra esto, pero no podemos condenar la violencia en la sociedad y luego permitir, con la complicidad del Ayuntamiento, torturas a animales que no pueden defenderse.
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno regional, Francisco Granados, se ha mostrado en contra de prohibir las becerradas en la región, tal y como le ha solicitado la Federación de Asociaciones de Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid, y ha justificado su decisión en el hecho de que la fiesta del toro "está enraizada en la cultura y las costumbres de todos los españoles".
No es lógico ni civilizado que un pobre becerro muera en una plaza entre los gritos de la gente y la tortura en un espectáculo tan bárbaro. Los que disfrutan viendo sangre y pagan por registrarse en una lista para matarlos no tienen la mente sana. Por eso pedimos al gobierno que prohíba esta salvajada, aunque hayan políticos que se declaren públicamente a favor porque dicen estar enraizada en la cultura y las costumbres de todos los españoles, como dijo el consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno regional de Madrid, Francisco Granados.