El Grupo Abolicionista de la Tauromaquia no está afiliado a ningún partido político ni es miembro de ninguna ORG animalista, toda actividad de este blog, en otras páginas antitaurinas, periódicos y revistas digitales nacionales e internacionales y redes sociales, está únicamente dirigida a participar incondicionalmente en campañas antitaurinas en colaboración con el movimiento antitaurino mundial para fortalecer su lucha contra la tauromaquia.
Quedando claro este aspecto, nos pronunciamos simpatizantes del Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal (PACMA) por su trayectoria animalista y en el que ponemos nuestra confianza como representación política de millones de animalistas con la esperanza de que entren definitivamente en el Parlament de Catalunya porque creemos firmemente que trabajarán en la elaboración de nuevas leyes animalistas. Por lo que, indiferente a la opinión de los defensores de la salvajada nacional, y de los demás partidos políticos, nos declaramos públicamente votantes de PACMA.
Y de su página oficial sobre su programa político para las próximas elecciones parlamentarias catalanas, en las que con toda probabilidad dejarán de ser extraparlamentarios, he extraído el siguiente artículo, de Silvia Barquero, sobre la última intervención del Ayuntamiento de Valladolid, que declaró en el Pleno celebrado el pasado día 7 del corriente mes de Septiembre, "ciudad taurina" por orden y mando de las kalandracas del alcalde sin pedir opinión a los ciudadanos.
"Miren las caras de las personas que abarrotaron ayer las gradas de invitados del salón de plenos del Ayuntamiento de Valladolid. Sólo les falta el puro.
Pareciera que se hubiera convertido en un coso improvisado. Los codos apoyados en la barandilla, incluso algunos de estos señores, pasada ya la cincuentena, se le escapó algún ‘eheee’ como llamando al toro, mientras se debatía la moción para declarar Valladolid ciudad taurina.
Dos experiencias radicalmente distintas, la de Barcelona el día que el Parlament, con el apoyo de las 180.000 firmas daba punto y final a las corridas de toros, y esta patética treta totalitaria y carente de fundamento.
Los políticos todos en Valladolid se encargaron de eludir el debate de fondo. Lo dejó bien claro el portavoz de IU: ‘no vamos a caer en la trampa de discutir sobre si hay que prohibir las corridas de toros, hay problemas más graves que atender’. Por supuesto, a IU no le interesa posicionarse en contra de las corridas, no sea que pierdan alguno de los pocos votos que les avalan en Valladolid.
Los socialistas por su parte alegaron varios motivos, obviando siempre el de los derechos de los animales para votar en contra, pero dejaron bien claro que el PSOE siempre apoyará la fiesta nacional.
Con los votos que le conceden la mayoría al PP, y sin contar con el consenso del resto de grupos políticos ni con la opinión de la sociedad, Valladolid apoya institucionalmente desde ayer las corridas de toros. Sin consultar a nadie, nos guste o nos disguste, aunque no nos veamos representados.
Y es que ¿a qué político le interesa realmente el sufrimiento de los animales?
¿Olvidan acaso que todo este debate se ha generado porque hay un importante movimiento social en contra por motivos exclusivamente éticos?
No, ya lo dejó claro el PP, en un patético alarde patriotero e interesado en el que se permitió el lujo de tildar a los políticos catalanes de ‘nacional socialistas’ o soltar perlas como: ‘España está en juego, no podemos quedarnos quietos ante este ataque a la identidad de los españoles’.
Lo que demuestran es que tienen miedo. Miedo de lo que se les avecina. De otro modo ¿porqué preocuparse de lo que suceda en Cataluña?
Si lo que les alarma es que los ‘nacional socialistas’ vayan a invadir Valladolid y prohibir las tradiciones patrias, y a robarles su tan cacareada identidad nacional, despreocúpense señores y concéntrense en la gran masa social que aumenta cada día, pues somos los que realmente estamos consiguiendo poquito a poco que hasta el Alcalde de Valladolid se desvele por su tan querida fiesta.
Silvia Barquero"
eleccionscatalanes2010.cat
Y es que España, aunque los políticos quieran hacer ver al mundo exterior que es un país democrático, aquí está una de las pruebas de que NO es así. España está gobernada por una panda de políticos mediocres y anticuados y entre ellos algunos muy interesados económicamente en la repugnante actividad tauromáquica para enriquecer sus bolsillos y vivir plenamente una vida facilona a costa del derramamiento de la sangre inocente de sus víctimas, en este caso del noble, pacífico y herbívoro toro en el que hay una parte inculta y salvaje de pueblo que le gusta embriagarse y descargar sus frustraciones en el animal, maltratándolo y torturándolo como diversión, enmascarando esta aberración en una falsa tradición. Una verdadera vergüenza para la mayoría de la población española que no se identifica con esos festejos salvajes y crueles y que algunos políticos con una buena identidad profesional y con sentido de la ética, apoyan la lucha contra la tauromaquia, pero que ven obstruídas sus gestiones debido a que la presión es muy fuerte y dura, pero que los respalda esa gran mole que es el movimiento antitaurino abolicionista, que día a día va creciendo de forma vertiginosa.