Allá donde predomina la ignorancia, la verdad no tiene ningún sentido.
Y estos taurinos que insisten una y otra vez con sus mismos argumentos, muchos ni saben lo que dicen, muchas veces hasta mal pronunciado.
Los fracasos de la tauromaquia se ven reflejados en una lista interminable de gatillazos taurinos elaborada siempre por los mismo intereses e interesados en conquistar nuevos mercados y nuevos adeptos, y para ello y sin conocimiento histórico, están dispuestos a seguir mintiendo, sin sentir la mínima vergüenza del ridículo que continuamente hacen, con tal de que su sanguinario negocio no deje de prosperar.
Utilizan textos de personajes célebres como objetivo una vez más de manipular la verdad sobre su actividad tauricida, a la que ellos mismos le han dado las categorías de arte, cultura y deporte.
Aquí no se trata sólo de destapar falacias, sino de mostrar también el desequilibrio de algunos de aquellos célebres personajes que algún día declararon su afición o admiración a la tauromaquia.
Por ejemplo Ernest Heminway (que tanto citan los taurinos), adicto al alcohol, se apuntaba a todas las cacerías que podía. Declaró en su día que las corridas de toros le daban tanto asco como placer porque él se consideraba un sádico que disfrutaba con el mal ajeno; también presumía de haber fusilado a un centenar de soldados alemanes, entre otras lindezas, vamos una joyita.
Garcia Lorca, aparte de escribir textos en favor y admiración hacia la tauromaquia como: "La fiesta de los toros es la fiesta más culta del mundo", también escribía en contra, no nos olvidemos que escribió:
Señores taurinos: el hecho de que algunos personajes célebres plasmen en sus obras sus sentimientos desequilibrados, no implica que los toros sean cultura, arte o deporte, como ustedes insisten en distorsionar la realidad.
Grandes literatos y pintores de todos los tiempos, han estado muy vinculados al buen vino y hay que comprender que cuanto más bueno es el vino, mejor inspiración produce, por lo que se pueden plasmar fantasías que proporcionarán grandes éxitos. A otros, en cambio, les producen violencia, como es el caso de todos esos taurófobos que se ven en las plazas de torturas completamente ebrios y pidiendo más sangre.