¿Qué vas a hacer dentro de muy poco tiempo, José Tomás, cuando se te reduzcan las posibilidades de que te contraten para matar?. Hasta ahora, toda España constituía para ti un inmenso patíbulo en el que podías ejercer impunemente de verdugo de inocentes a cambio de suculentas sumas de dinero; pero mira por dónde que llegan unos cuantos antitaurinos, de esos a los que tú temes más que a los cuernos del toro – a los animalistas no se les puede “afeitar”, ¿verdad? – y te encuentras con que son capaces de presentar una Iniciativa Legislativa Popular que va a conseguir que Cataluña, sea declarada zona libre de tortura y de muerte en las corridas. Y encima muchos miles de ciudadanos respaldan con su firma la propuesta.
Ya sabes lo que eso significa porque hasta los más brutos son capaces de percibir el peligro: no sólo que a partir de su aprobación La Monumental de Barcelona deje de ser un recinto, como si de un circo romano se tratase, en el que se celebren cruentos sacrificios de animales para llenar tu bolsillo, el de algunos ganaderos y también el de empresarios taurinos, así como para practicarle una transfusión de sangre ajena a esos aficionados incapaces de vivir sin ver como otros mueren después de un intenso sufrimiento. Si no que esto es el comienzo de un cerrar y abrir de puertas en todo el País, porque por cada una que se os clausure a ti y a tu cuadrilla en una Plaza, se abre otra a la justicia, a la compasión y sobre todo, a la razón. Contigo y con los tuyos, se va el olor de la muerte y entra el de la vida, mucho más sano para todos, empezando por los toros.
Tú, aún furibundo porque vas a quedarte sin muchos kilómetros cuadrados que sembrar de cadáveres, te consolarás pensando que son todavía abundantes los ruedos de España en los que situarte frente a un toro herido y disminuido por el picador y por algún otro previamente, en los que ensartarle el acero en las entrañas, y después de unos minutos de rendirle homenaje al sadismo, mientras el animal agoniza entre vómitos de sangre, pasearte orgulloso como sueles hacer, hinchando pecho, marcando paquetillo y mirando con ese aire petulante al tendido, mostrando arrogante las manchas rojas que en tu traje dejó el roce con el cuerpo de aquel que entre estertores, pagó con su vida el precio de una gloria tan mezquina como la que apeteces.
Pero en el fondo, sabes como yo, como muchos, que la cordura puede imponerse con tanta celeridad como la estupidez. Es cuestión de romper la inercia de una o de otra y a partir de ahí, su crecimiento se vuelve continuo e invulnerable. Después de muchos años de ruindad moral, en los que la saña con seres vivos cobró institucionalmente la categoría de arte y de cultura en el colmo de la perversión, la ILP de Cataluña marcará el comienzo de otro movimiento imparable, el del respeto hacia los inmolados una de las formas de maltrato mortal más extendida y cruel en nuestro País: la tauromaquia.
Empezamos por el Noreste José Tomás, y no dudes que acabaremos por el Suroeste pasando incluso por Galapagar, tu tierra natal. Porque ni es divertido, ni educativo, ni tiene el menor sentido o razón de ser, el que tú sigas cobrando por provocarle padecimiento a los toros y `porque los martirices hasta la muerte. Ese, el del rechazo a semejante brutalidad, es el sentimiento de la mayor parte de la Sociedad española, sólo hacía falta el cauce legal para expresarlo y convertirlo en realidad. En Cataluña esa herramienta existe y va a dar resultados, en el resto de las Comunidades es cuestión de tiempo, ya verás como no demasiado, porque ningún bien nacido puede admitir la licitud de un crimen y ya son demasiados los que habéis vivido de perpetrarlos.
Tal vez tenías que haber venido al mundo hace cien años, cuando en España los animales eran simples objetos al servicio del hombre, al igual que las mujeres, por cierto. Pero escogiste mala época para convertirte en matador, porque resulta que a día de hoy, el movimiento contra el maltrato animal es una fuerza incontenible y creciente, presente en todos los rincones del País y algo que ya no pasa desapercibido para los políticos, poco sensibles y bastante cobardes, pero no tan majaderos como para ignorar eternamente una demanda que está alcanzando tal magnitud. Y los animalistas gallegos, castellanos, andaluces o extremeños, los de todos los rincones de esta Nación, José Tomás, vemos en la ILP de Cataluña un ejemplo a seguir, así como una primera batalla ganada decisiva para triunfar en esta “guerra”, en la que, no lo olvides, los únicos que matan, los responsables de las víctimas, sois vosotros, los taurinos. Pero por poco tiempo sayón, tu declive laboral ha comenzado.
Julio Ortega Fraile
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